Campamento en Corrientes
A la deriva, como muchos otros proyectos culturales que
antes estaban subsidiados por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos
Aires, se encuentra la sala Alberdi en las instalaciones del Centro Cultural G.
San Martín, que el ministro Hernán Lombardi espera privatizar como el resto del
edificio que antaño fuera un símbolo cultural de la ciudad.
Más de 200 artistas acampan en 25 carpas en la entrada
posterior del edificio y asisten a los asambleístas que permanecen encerrados
en el sexto piso y en los últimos días se han quedado sin agua y sin comida
ante el bloqueo policial.
Con energía protestan por la suspensión de un proyecto que
brinda 20 talleres artísticos y
espectáculos “a la gorra”. Al parecer no pasa nada. La toma empezó hace
2 años y medio y no hay interés del gobierno local por reversar la
privatización, sin embargo la protesta continúa y aún cuando los que promueven
la autogestión de la sala denuncian atropello a los derechos humanos al
interior del edificio, en la calle la protesta es posible y las marchas
detienen Corrientes colapsando el tráfico vehicular de las 5 de la tarde.
No hay tanquetas ni gases lacrimógenos, la policía
interviene para dirigir el tráfico y los manifestantes con malabares y tambores
corean sus consignas. Corrientes detenida a plena luz del día es una más de las
calles que en Buenos Aires pueden colapsar cuando un grupo de manifestantes
deciden protestar por algún motivo.
La Constitución defiende el derecho, la gente lo ejerce y
las autoridades lo respetan. No son necesarias las multitudes. Basta la
inconformidad para que salgan con banderas y tambores grupos que bloquean el
tráfico y gritan lo que tienen que gritar.
En el caso de la sala Alberdi, más de dos años de protestas
no cambian la situación. Así las cosas las protestas se vuelven mímica, gestos sin
palabras para los oídos sordos.
Me encanta su forma de narrar de escribir, en verdad que mujer tan inteligente eres me encanta la forma que escribes me pones a imaginarlo todo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te guste lo que escribo. Saludos. Cristina.
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