Maldita milonga
Hacen falta varios elementos para que algo hermoso se
convierta en leyenda digna de revivirse. No los cumple aún la orquesta típica El
Afronte que cada miércoles en el barrio San Telmo de Buenos Aires protagoniza
la Maldita milonga, un evento
nocturno que empieza con clases de baile impartidas por reconocidos maestros y
continúa con el concierto de la orquesta que los lunes le cambia el apelativo
de maldita y pasa a hacer la Bendita
milonga, ya tradicional en la noche de este barrio.
Falta tiempo porque apenas va a cumplir nueve años de
trabajo continuo lo cual, comparado con las décadas de vigencia de las
tradicionales orquestas típicas argentinas resulta prematuro para construir la
leyenda.
Falta madurez porque los excelentes músicos integrantes
de esta orquesta típica vestida con zapatos deportivos y sin uniforme aún están
bastante jóvenes para considerarse candidatos al título de legendarios artistas.
Falta olvido porque no hay que rescatarlos de ningún
pasado, porque son presente cada semana en sus benditas y malditas milongas y
en sus conciertos al aire libre en la plaza Dorrego donde ya son tan puntuales
como las palomas y los vendedores de antigüedades que siempre escuchan sus
tangos frente a la iglesia.
Tres bandoneones, tres violines, 1 contrabajo, un
piano y un solista se toman el escenario a las once en punto en la calle Perú 571
y la emoción se apodera del público que ve y escucha una manera particular de
interpretar el tango a partir de un repertorio tradicional con influencias de
Piazzolla.
Los arreglos destacan la fusión sonora de los instrumentos
haciendo énfasis en sus posibilidades rítmicas y melódicas y permitiendo
lucirse a cada intérprete cuando toma el papel protagónico de la narración
musical.
Los bandoneones danzan en el aire, se estiran hasta
el fondo de la emoción, se encogen hasta el silencio profundo y cortan con su Íntimo puñal* la respiración del público
cuando sus intérpretes suspenden la pieza ante un aplauso extemporáneo y se
quedan abrazando el fuelle mientras su cabeza reposa en la arrugada caja de
música.
Mucho talento, mucha vibración de los músicos que
transmiten una energía rockera sin que la sonoridad se acerque a esa nueva
corriente del tango que ha adquirido tanto auge en las nuevas generaciones.
Tal como lo expresan en su página web, la orquesta
pretende conservar los elementos bailables del género y
es partidaria de la autogestión. Por eso da gusto ver el salón atestado de
gente que baila con pasión y escucha con reverencia esta propuesta musical que ya
ha sido declarada “De interés cultural” por la legislatura porteña y que sigue
los pasos para convertirse en leyenda de Buenos Aires.
*Íntimo puñal es el título de uno de los 4 CD editados por la orquesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario