El Malba

El Malba

El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos funciona en un premiado edificio diseñado por Gastón Atelman, Martín Fourcade y Alfredo Tapia, quienes lograron con sus enormes paredes de vidrios en planos inclinados, una transparencia y luminosidad que permite al visitante sentir que no ha salido del entorno de parques donde en veranos como este la gente se asolea y se divierte.

La colección incluye además de importantes artistas argentinos como Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Xul Solar, Emilio Pettoruti, Liliana Porter, Guillermo Kuitca, Pablo Curatella, Jorge De la Vega, entre otros; una selección de artistas latinoamericanos como Diego Rivera, Wilfredo Lam, Roberto Matta, Frida Kahlo,  David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Fernando Botero, Emilio Di Calvacanti, Tarsila do Amaral, Julio Le Parc para nombrar algunos.

Un maravilloso recorrido que refresca la memoria, cuya exhibición ha sido agrupada por conceptos como modernidad, vanguardia, relación arte y política, surrealistas, concretos, ópticos, cinéticos, pop, conceptuales, minimalistas, hiperrealistas y otras figuraciones.

Cali en Buenos Aires
Por esta época, entre las exhibiciones temporales está la del artista caleño Oscar Muñoz con sus Protografías. Emociona ver a esta magnífica muestra que ha venido en itinerancia en Bogotá, en el Banco de la República y en el Museo de Antioquia en Medellín. La exhibición funde técnicas como fotografía, video, escultura, pintura, arte conceptual y grabado como herramientas para revelar un mundo.

Muñoz destapa el álbum fotográfico familiar de una época haciéndolo trascender del ámbito íntimo al señalarlo como memoria colectiva. Cali y su puente Ortiz donde todo el mundo se fotografió en su infancia, la vida familiar, la gente haciendo cosas comunes y corrientes, se magnifican a través de la mirada del artista.

Las técnicas de revelado antiguas, donde la magia de la química hacía aparecer o desaparecer las imágenes es retomada como elemento estético con sus cubetas tiznadas de grafito. Con mucho ingenio el artista involucra al espectador que se vuelve protagonista al revivir con su aliento, imágenes plasmadas en espejos que solo son visibles con su soplo de vida.

Además de poética es profunda la reflexión acerca de los desaparecidos, elaborada con fotografías tomadas de las páginas de obituarios de los periódicos, gente que ya no está y que con su experimento visual desaparece de la foto al volverse video para volver a aparecer en un reiterado intento de borrar la muerte. Las cortinas de baño pintadas con imágenes que parece que fueran a borrarse  entre las gotas de agua son otras de sus piezas maestras.

El grito de Tracey Emin

Otra de las exposiciones itinerantes que hay en el Malba actualmente es la de Tracey Emin, la artista viva británica más célebre, llamada How it feels, que reúne 5 videos de su autoría:  Why I Never Became a Dancer (Por qué nunca llegué a ser bailarina), 1995; How It Feels (Lo que se siente), 1996; Homage to Edvard Munch and All My Dead Children (Homenaje a Edvard Munch y a todos mis hijos muertos), 1998; Riding for a Fall, (Tentando a la suerte), 1998; y Love is a Strange Thing (El amor es una cosa extraña), 2000.

Impactante el desparpajo de esta artista que se ha atrevido a abrir la puerta de su casa en desorden y exhibirla como expresión artística. Particularmente conmovedores El homenaje a Edvard Munch y Lo que se siente. Ambos aluden a su relación con el aborto en un país donde aún siendo permitido, ella no obtuvo a tiempo la autorización del médico para realizárselo y fue sometida a una intervención con más de tres meses de gestación, la cual no fue bien lograda y corrió peligro su vida.

No alcanzo a imaginarme qué pasaría si tan impactante relato, que ha servido como elemento de reflexión en sociedades que aún no consideran la elección de continuar el embarazo como potestativa de la madre, fuera narrado por una mujer como tantas en mi país y en otros donde el aborto es prohibido.

Los elementos de comparación con el de Tracey, que fue atendida por médicos con el visto bueno de las autoridades, se multiplicarían si tantas mujeres pudieran hablar del tema y contar sus experiencias sin terminar en la cárcel.